A pesar de que la reducción del actual presidente con respecto al anterior, fue de 90%, la reducción de su sueldo fue de sólo 10%. Afortunadamente esta medida nada populista viene acompañada de un agresivo plan de austeridad, el cual incluye no sólo el lógico ahorro que se dará en las toallas de Los Pinos, sino medidas que permitirán asignar mayor presupuesto para, por ejemplo, pagar el rescate bancario, comprar más tanquetas antimotines y ampliar los reclusorios del país. He aquí algunos ejemplos. -Si de todos modos no hay quién derrote al narco, ¿para qué gastar en ello?
-Habrá un ahorro en la remodelación de la residencia oficial, sobre todo en la puerta de entrada...
-El gasto en presidencia se reducirá... en algunos rubros. -Crecerá el gasto para los cuerpos
policiacos, pero eso no implica -¿Para qué contratar a un señor que sólo hace el ridículo en conferencias mañaneras...? -Para gastos superfluos, las elecciones. Es hora de poner un remedio...
|