CALAVERAS PELIGROSAS,
RENEGADAS Y RIJOSAS.
por Helguera y Hernández
En este sexenio gacho
en que prometió de tocho
ya no queda ni un hilacho,
ni tele, changarro y vocho.
Y ya cierra su despacho,
este presidente mocho.
Nunca pudo dar el ancho
con un equipo tan pinche.
Y, al largarse para el rancho,
con Martita, su compinche,
la Muerte, sin tanto pancho,
los ensarta con su trinche.
Fox, al verse sin vocero,
arma tremenda alaharaca
y un discurso lastimero
le receta a la Calaca.
Y ella le endilga un certero:
-"¡Ya cállate, chachalaca!".
Al tomarlo del mostacho,
La Muerte no se conduele:
-Te postraste ante el gabacho,
gobernaste pa' la tele,
traicionaste sin empacho
lo que a democracia huele...
¡Dejas un gobierno facho,
y como herencia, un pelele".
Hoy la muerte ha transigido
un acuerdo que estremece:
el PRI será revivido
si es que apoya al chaparro ése.
El que se oponga que rece,
pues pronto habrá fallecido.
Al infierno, prepotentes,
han llegado los panistas.
Privatizar traen en mente
y muchas transas previstas.
El demonio se arrepiente:
trajo puros arribistas.
-"Tu castigo, pues, Vicente,
será implacable y sin fin:
te condeno, eternamente,
a ser gobernado por ti...".
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